Acallar: calmar-silenciar, mitigar, aliviar, tranquilizar, enmudecer, callar, aquietar, suavizar, aplacar.
Callar: verbo intransitivo; No hablar, estar en silencio. DICCIONARIO
Notas que tienes que decirlo pero te contienes; sabes que hay algo dentro de ti que lucha por salir pero no se lo permites; el temor al rechazo o a la no coincidencia de ideas maniata tus inquietudes, amordaza tus pensamientos y aniquila vilmente tus ideales. En una ocasión primera, esto puede ser llamado inseguridad, posteriormente terminará convirtiéndose en una actitud que en algún momento te llevará a descubrir que el silenciar las emociones, es el más grande veneno para el alma.
Retumban en gran manera los gritos o las órdenes recibidas y guardadas en la inconciencia: ¡ya basta!, ¡he dicho!,¡porque yo lo ordeno!, ¡es una orden y a quien no le parezca se puede retirar!; ¡Vaya!, ahí está precisamente el meollo del asunto; si los grandes pedagogos establecieron que se partía de un conocimiento para regresar a él con un conocimiento nuevo, tras pasar por un proceso de remarcación y consolidación, explicando que a partir del conocimiento se generaba una nueva habilidad; que la habilidad daba paso a la generación de un nuevo hábito; que ese hábito se convertía en una capacidad y que esa capacidad tendría que generar como consecuencia un cambio de actitud, entonces, ¿es que este proceso no hace aprender durante el desarrollo de la existencia, para descubrir por medio de él las mejores formas para enfrentar la vida?
No se trata de dirigir o manipular los destinos de alguien en particular, sino de cortar los hilos de la falsedad y de la mentira, que se han convertido en la más grande constante que a más de disminuir va cobrando más adeptos, haciendo volar a la imaginación en ese pasaje de la Ilíada y la Odisea, esa gran obra de la Literatura Universal escrita por Homero, en la que enuncia perfectamente los momento en que los guerreros se dejaban engañar por el hermoso canto de las sirenas, que al final, tan solo los conducirían a la muerte. En el decálogo del perro hay un punto hermoso de advertencia: “cuídate de quien te acaricia con las manos y te endulza con la boca, pues tan solo busca ganarse tu confianza para después golpearte a plenitud”; en el reflexionar sobre esto pudiera generarse alguna respuesta, nada nueva por cierto; aunque pudiera decirse que debido a los acontecimientos actuales, que sería pura coincidencia, pues esto acá y aquí no sucede, ya todos saben el lugar que les corresponde y las acciones que tiene que desarrollar cada uno. ¡Pocos para mandar, y los demás, para obedecer!
¿Alguna vez se ha sentido algún dejo de culpabilidad al no dejar que las palabras fluyan sin contención de la boca? ¡Acá no importa el sí o el no, porque hay que tener la certeza que uno es responsable de cuanto hace y cuanto dice así como el de enfrentar la consecuencia de cada acción! Franz Liszt escribió; “Llevo una profunda tristeza en mi corazón que de vez en cuando debe de estallar en sonido”; Silenciar nuestras emociones tiene un precio: la eterna esclavitud hacia quien las maneja y nos hace ACALLAR Y ¡A CALLAR!