Por: Gaspar Herrera Farfán
“No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados…LUCAS 6:37; y en consecuencia, recuperáis la razón y ¡el cuerpo y el alma serán recuperados!
Las más de las veces el falso concepto de “orgullo” o el desconocimiento de un plan para el trayecto personal hacen que la toma de decisiones se convierta en algo tan voluble y vulnerable que, en la primera etapa de enfrentamiento para la posible evaluación de resultados, resulte una guerra de inconformidades que rompen con la tranquilidad y el sosiego al ir encontrando caminos un tanto desconocidos, pero comprometidos por una falta de análisis, estudio detenido y solución precipitada, que si de la cabeza se tratara, en ese mismo primer momento sería cercenada sin más defensa que la caída de hombros como indicador de un “ni modo”, “así tenía que ser y así paso”.
Tantos momentos históricos perdidos en la obscuridad de la nada, y tantos ejemplos palpables y muchos de ellos vividos de manera personal, que hacen abrir los diques de la desesperación al tratar de cerrar las llaves de las aguas pestilentes con que acostumbran regar a la tranquila, ¡muy tranquila diría yo!, humanidad que todo acepta, que a todo accede y todo aplaude. Sin más ni más quiero saber si en la siguiente poesía de mi autoría, y que a todos comparto, pudieran encontrar aún la más mínima respuesta a mis letras.
LLAGAS INFECTADAS/
Los caminos se infectan con los pasos
de caminantes con llagas purulentas
y que en los polvos envuelven consecuencias de amores sin amor…en sus regazos.
Y es que el nacer en inocente paso
sin odios ni maldades como sombra
del cuerpo maman la bondad que asombra
¡al convertirse en dragón, ruina, rechazo!
Dragón que lanza llamas apestosas
envueltas de la causa del maligno
que incinera en la cruz bondad y signo
cual ofidio que ríe en sus ventosas.
Son llagas infectadas que de ayeres
se ensañan en lo endeble de los cuerpos
¡que sin ojos son víctimas de cuervos
que en graznidos sepultan sus temores!
¡Que llagas infectadas no te infecten!/ ¡Vacuna tu conciencia y tu sentir! ¡Nunca dejes que el CÓMO en tu vivir
lo manejen los HIJOS DE SU SUERTE
Que solo ven en ti entrega y muerte
y no al guerrero que espada ha de blandir
en contra de las LLAGAS IN FECTADAS QUE EN TU MIEDO…AHOGAN TU GEMIR!
¡Hasta cuando curarse de esas llagas!/
¡Hasta cuando, los ojos se han de abrir!
G. Herrera Farfán
Aún a pesar de que los, efectos de las diversas crisis afloran con toda crudeza, y a pesar de que la gente se da cuenta con estupor de los difíciles momentos que se viven con una pandemia que aniquila a quienes solo piden oportunidades para comer y con ello intentar vivir, se prefieren ocultar las vergüenzas de enfrentar sin reclamos, pero sí con decisión, el corte definitivo de esta soga que cada cual se pone al cuello para alimentar la corrupción, para acrecentar la pobreza y para engrandecer hasta alturas insospechadas el poder que confía en las llagas infectadas de la gente, que perderá todo enfrentándose entre ellos y no decidiéndose a ser libres al fin, para dejar de ser las ¡LLAGAS INFECTADAS!