De golpe y porrazo legislador se exhibe tal cual es ante la sociedad, demostrando que su imposición fue producto del oportunismo que le había permitido aprovechar la oportunidad de tener una posición política que jamás habría soñado, pero que ahora por su ignorancia y su soberbia lo dejan desnudo en su pobreza moral ante la sociedad.
Catastrófico en estos momentos es el empezar a ver, al atreverse a hacer a un lado la venda que era bendita para caminar en la confianza de que para donde se dirigieran, jamás encontrarían un vacío para desbarrancarse en el.
Bien dice el dicho que “no tiene la culpa el indio sino el que lo hizo compadre”; verificado, comprobado y firmado ante notario público sin más ni más, porque es ahora cuando el pueblo se confiesa arrepentido, después de apostar todas sus canicas a un acto de prestidigitación y fina magia, que encaramó de golpe y porrazo a una insistente persona que al final supo llegar, y otra prueba superada, ¡que llegó y ya no sabe a qué! ¡Bendita la nobleza de la gente que aún cree que el agua de coco lo inyectan los duendes por las noches!.