Ya viene el segundo informe de gobierno y con ello se espera el advenimiento del divino Salvador AMLO a rescatar o al menos justificar como siempre lo ha hecho, la pésima y muy mala administración que Layda Sansores está llevando a bordo de la enorme y antes sólida embarcación campechana; adjudicándose el título de “capitana de la embarcación”, demuestra su completo desconocimiento y habilidades al manejar el timón, ya que cada vez más está llevando al estado a aguas profundas, sin ninguna posibilidad de salvación.

Un segundo informe donde se espera que los presos de nueva cuenta sean utilizados como animadores, utilizando su condición y exhibiéndolos sin cadenas ni grilletes, haciéndoles disfrutar de un minuto de libertad condicionada con la batucada y gritos estentóreos, para despertarlos posteriormente en su realidad carcelaria que parece no tener fin.

Un segundo informe tan deforme como las imágenes que se presentan a la sociedad, producto del rechazo a la naturaleza y un pleito frontal contra el tiempo que tranquilamente ya muestra el cuerpo deforme, tan deforme como la inseguridad y los cambios y órdenes imperativas de los turisteros que se han adueñado del territorio y de las leyes campechanas; donde cada vez más se destruye la paz de las y los ciudadanos y se pisotean los derechos sin esperar justicia o razón pues nada de ello existe para la gente común que pulula como fantasmas en este Campeche antes de todos y ahora solo de ellos.

¡Hay pan caliente y francés de piso!, el pregonero trabajador que a diario es asesinado por el miedo y el temor de salir a las calles a expender el producto de su esfuerzo; aquel que en el ayer histórico desde horas tempranas salía a vender su frugal y delicioso producto en una relación de necesidad del pueblo con él panadero; ¡Que brusco cambio que ahora tan solo con el pensamiento de no regresar a casa por la violencia externa, y  por tanto dolor que se va padeciendo en las colonias, en los municipios, mientras quienes deberían trabajar para mitigar la situación tan solo viven en la espera de la llegada del 15 de cada mes, sin espera de esta prometida política de cambio!

¡La tristeza en los rostros de los Campechanos no hace falta analizarla o hacer una encuesta!, se nota al pasar por el mercado, en los hospitales, en las terminales de camión y en las filas de las instituciones de gobierno al pagar sus impuestos que no tienen la justa retribución social que los beneficio a todos como sociedad.

¿Seguiremos en espera de que se nos siga torturando y debilitando? ¡Juan Pueblo tiene la respuesta! Tiempo al tiempo.