Por: José L. Can Hau
Los jíbaros o shuar como también se les conoce, son el pueblo indígena amazónico más numeroso. Habitan entre las selvas de Ecuador y Perú. Los españoles y criollos los denominaron «jíbaros» o «jívaros» parece ser una forma castellanizada de un término relacionado con el proto-jívaro *šiwar. Wikipedia
La tribu de los jíbaros o shuar, es un pueblo muy temible por practicar la reducción de cabezas humanas, para ser conservadas como trofeos de guerra o talismanes en poder de los líderes tribales.
Ante esta explicación para entrar en contexto y tener un mejor entendimiento de esta tribu temible de los jíbaros, en estos tiempos de pandemia y en un ring donde se lucha a diario por preservar la vida, tal parece que en el cuadrilátero, se están quedando solos los médicos, enfermeras y todo el personal médico que laboran en los hospitales, la ciudadanía y el mismo enfermo, pelea con el maligno virus del covid-19, donde en cada round se deja ver los fuertes golpes que poco a poco va destruyendo el patrimonio familiar.
El covid-19 esta convirtiendo a las personas en datos y, los datos en estadística y, la estadística, en tan solo una gráfica que representa simplemente un país aniquilado por un virus. El tratamiento que los jíbaros usaban para reducir las cabezas humanas eran PREPARADOS a base de yerba, mientras que hoy en día los grandes jíbaros(politicos) que conducen un Estado, un municipio o una localidad, llevan un tratamiento a base de palabras, envuelto en discursos y falsas promesas, una verdadera pandemia que aniquila, encoge, manipula y detienen el progreso de un país.
Los jíbaros modernos están haciendo uso de las redes sociales que si duda alguna, se han vuelto un medio para informar y también para desinformar, un campo de batalla donde no se tientan el corazón para acabar con la dignidad y, destruir si es necesario una vida, los aspirantes a cargos populares en esta efervescencia política, están tomando las redes como trampolín, principalmente el Facebook, mandando el capital económico al extranjero mediante pagos en publicidad, para bombardear e inyectar conciencias a los internautas.
Los reductores de cabezas en plena pandemia se van organizando para darle más color a lo que ya tiene su partido político, hasta parece que al interés le se salió pies, el covid-19 seguirá viviendo entre nosotros, y no hay mejor tratamiento y la mejor vacuna que se pueda aplicar a este virus más que nuestra propia educación de salud y confianza hacia el personal médico.