Qué bello es calkiní, ciudad tranquila, con gente trabajadora y respetuosa. Un rincón de este basto país llamado México, lleno de cultura y tradiciones. Por desgracias ha sido secuestrada por malhechores que se han establecidos en la ciudad. Incitando el robo y la violencia, sembrando la incertidumbre, inseguridad y sobre todo la desconfianza entre los hermanos calkinienses.
Viene concluyendo una pésima administración, con un presidente que se olvidó por completo de sus raíces, dejándose llevar por la ambición. Dejándose dominar por un partido político, que han sembrado, patentado y alimentado la corrupción, el robo, la desigualdad, efectivamente ese partido a la cual tú ya no quieres joven, por que juega con las necesidades de la gente humilde, que día con día, se levanta temprano para irse al campo, al trabajo, para poder tener el pan nuestro de cada día.
Calkiní, que vergüenza es ser representados por una administración, ineficientes, que se roban hasta lo que no hay, con el consentimiento del presidente José Emiliano, que cubre cada falla de sus funcionarios jóvenes, ansiosos, desesperados de tener en sus manos cantidades de dinero que viene de un pueblo que anhela, calles en buen estados, policía justos, servicios médicos de calidad. Pero a eso a quien le importa dirán aquellos padres que le han enseñado al insensato funcionario.
Es una tragedia, pero pronto pasará, para entrar a una mejor administración o a una peor, debido a que el panorama político en nuestro recinto calkiní, no presenta un cambio, sino que representa más de lo mismo, un PRI lleno de dinosaurios que invierten para un puesto. Qué decir del PAN que no tiene cabida con gente nueva, sino pura familia. Los de morena suenan convencidos con la Mtra. Martina, propuesta por los regidores ambiciosos y corruptos. Gente que el buen AMLO ni conoce de su historia. De los otros partidos es mejor no comentar, son partidos que juegan poco y se guardan el resto para ellos.