En un verdadero cáncer se ha convertido en esta cabecera municipal la falta de control en los grupos de bebedores consuetudinarios conocidos como “escuadrón de la muerte”.
A quienes se han anexado jóvenes adictos a sustancias tóxicas, quienes deambulan en completas libertad por las calles de la ciudad, en los diversos parques y zonas recreativas de convivencia familiar, en el mismo parque principal en donde sin respeto a la gente o a las instituciones escolares, realizan sus necesidades fisiológicas en esa área ante vista y complacencia de autoridades quienes simplemente los ignoran, a pesar de los escándalos y faltas de respeto a los transeúntes que pasan por esos lugares.
La dirección de seguridad pública los ignora, la Secretaría del Ayuntamiento los elude, y con ello se sienten más libres para acrecentar sus dominios e invadir más territorios.
Una queja ciudadana ha llegado a esta plataforma digital, con imágenes, en donde se quejan de que han sentado sus reales en el corredor de la casa del extinto profesor Gilberto Castellanos, donde se han domiciliado tomándolo como hotel de lujo, con la suciedad y aroma a orines y excremento, y ante la vista de todos los que pasan por esa concurrida calle.
A un costado se encuentra una farmacia, pero además hay muchas familias habitando esa zona que es camino obligado para dirigirse al populoso barrio de la concepción. Comentan que incluso, cuando de ahí se les corre, han ingresado al edificio que antes fue ocupado por un conocido partido político.
El grito se comparte, así como se solicita una solución inmediata a las autoridades municipales, para que den las indicaciones pertinentes y se intervenga de inmediato para dar una solución a este problema.
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