El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) publica el documento ¿Qué funciona y qué no en inclusión financiera? que forma parte de una serie de Guías Prácticas de Políticas Públicas que buscan mostrar un panorama de lo que funciona o no en materia de intervenciones de acciones y programas enfocados a la inclusión financiera.
El documento destaca que usualmente los segmentos más pobres de la población carecen de acceso al sistema financiero formal o, en caso de gozar de este acceso, no hacen un uso educado del mismo.
Existe evidencia empírica que sugiere que los segmentos de población más pobres buscan, acceden y utilizan instrumentos financieros de carácter informal.
La inclusión financiera busca que la población mejore la administración de sus recursos a través del acceso y uso de productos y servicios financieros como el ahorro, crédito, seguros y ahorro para el retiro, por ello, la inclusión financiera puede ser clave para reducir los niveles de pobreza de la población.
Diagnóstico
El Inventario Nacional CONEVAL de Programas y Acciones de Desarrollo Social 2018 se identifican siete programas sociales operados por el Gobierno Federal, cuyos tipos de apoyo buscan fomentar la inclusión financiera. Asimismo, a partir de la revisión del Inventario Estatal se identificaron 75 programas, los cuales pueden estar incentivando la inclusión financiera: 56 programas otorgan microcréditos, 17 educación financiera y dos promueven el ahorro.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2015, el 68% de las personas adultas en México tuvo al menos un producto financiero, en contraste con el 56% en 2012. Así, en 2015, el 25% tenía un solo producto financiero, 24% tenía de dos a tres productos, 10% de cuatro a cinco y el 9% más de cinco productos.
La posesión de una cuenta o tarjeta de nómina, ahorro, pensión o donde se reciban apoyos del gobierno difiere de acuerdo con el sexo y el lugar de residencia: a nivel nacional es mayor el porcentaje de hombres (46.3%) que de mujeres (42%) y más alto entre la población urbana (48.8%) que en la población rural (35.2%). Sin embargo, en las zonas rurales las mujeres tienen más cuentas bancarias que los hombres: 38% y 32.4%, respectivamente.
Sobre el acceso al crédito, en 2015 la población que registró no tener crédito bancario ni tarjeta de crédito bancaria, departamental, de tienda de autoservicio o con ninguna otra institución financiera representó el 70.9% de la población de 18 a 70 años. Las razones reportadas por la población mexicana para no tener un crédito fueron las siguientes: no cumplen los requisitos, los intereses o las comisiones son muy altas, porque no les gusta endeudarse, o no les interesa o necesitan. En cuanto al número de personas que cuentan con algún seguro de auto, casa, vida, gastos médicos u otros, en 2015 se registró que solo el 24.8% tenía algún seguro.
Respecto del ahorro, en el mismo año de 2015, el 23.5% de personas entre 18 y 70 años reportó no ahorrar en lo absoluto, ya sea por imposibilidades para hacerlo o por elección. A pesar de sus desventajas, 32.4% reporta ahorrar únicamente por medio de mecanismos informales de ahorro como tandas o guardado en casa. Finalmente, 44% utiliza medios formales para canalizar sus ahorros.
Causas
Para hablar de inclusión financiera es necesario considerar la problemática social asociada, así como sus principales causas, es decir, el análisis de la inclusión debe considerar la “exclusión” como punto de partida para el diseño de intervenciones de política pública en la materia. A continuación, se muestran las causas que podrían obstaculizar la inclusión financiera:
Hallazgos
A partir de la revisión de evidencia sobre la efectividad de intervenciones para la inclusión financiera, se han identificado los siguientes hallazgos: