¡Hola!, decía el nuevo candidato del partido anónimo, vengo con las ganas de servir, ofrecerles una mejor vida, con más oportunidades de trabajo, pronunciaba en su discurso. En la reunión se encontraba mucha gente esperando que acabara el sermón y recibir las ya famosas tortas. En realidad no van a la expectativa de escuchar al candidato, porque de ante mano y siendo analfabetas en su mayoría, saben que son mentiras, mientras tanto también los partidos políticos ya saben que llevando las tortas la gente ira, es una especie de carnada.