Columna

¡Aquí, el Camino Real! Trapitos al Sol


Y salieron los trapitos al sol, al poner al descubierto la Auditoría Superior del Estado (ASE) las irregularidades administrativas, el  mal  manejo de  los  recursos  públicos y la  estela de corrupción que permeó durante el gobierno del ex alcalde  morenista  de Calkiní, José Emiliano Canul Aké, que en la revisión y   análisis de la cuenta pública del 2018 dejó  un  adeudo   de  alrededor  de   diez millones de pesos.

El informe presentado por la ASE viene a confirmar lo que muchos ya sospechaban y que ha sido motivo de comentario entre los ciudadanos calkinienses, que señalan que la administración del ex munícipe Canul Aké fue un verdadero  fiasco, en la que funcionarios, regidores y el propio alcalde  supieron “jalar agua para su molinito”  y   aprovecharon al máximo para sangrar las arcas  del Ayuntamiento.

     De acuerdo con la Auditoría Superior del Estado, en la revisión de   la  cuenta  pública  2018 se detectaron  presuntas irregularidades por pagos de conceptos  ejecutados con deficiencias en obras públicas, falta de documentación justificativa y comprobatoria, retenciones de impuestos        no enterados, pagos en exceso y no ejecutados,     excesivas remuneraciones    y   el   mal  manejo  de  fondos  federales.

       En este mismo contexto, se determinaron para la administración municipal que encabezó “Milito”  ocho recomendaciones, ocho procedimientos de responsabilidad administrativa sancionatoria  y nueve pliegos de observaciones, en los que destacan  la falta de documentación justificativa por 5 millones 166 mil 196 pesos.

       Se encontraron erogaciones por concepto de pago de bono por fin de trienio que no se justifican por 2 millones 765 mil 593 pesos; remuneraciones que superan los montos autorizados en el tabulador de puestos y salarios  mensuales del ejercicio fiscal  2018 por 79 mil 712 pesos: y no se comprueba ni se justifica la aplicación y suministro  de combustible provenientes de la donación  de Petróleos Mexicanos por 236 mil 515 pesos.

    En Calkiní, los habitantes hablan de la mala experiencia que resultó apostarle a la Cuarta Transformación, al dar su voto de confianza a los morenistas, que como remedio  salieron peor que la enfermedad,  al hundir al municipio en el fango,  con un alcalde viajero que dilapidó el dinero público en  sus viajes de placer y  gustos caros,  y unos regidores que supieron darle la dentellada al presupuesto.

      Hoy se recuerdan  las palabras del  alcalde de Calkiní,  Roque Sánchez Golib,  quien  al hacerse cargo de la administración municipal y detectar las muchas anomalías y  la malversación de fondos públicos por parte de su antecesor,  pintó su raya  y dijo:  “ Yo no voy a ser tapadera de nadie” y “El que la deba, que la pague” . Así  de  simple y sencillo….

 

                DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA…

 

HAY quejas muy sentidas por el mal servicio que presta el Centro de Salud de Tenabo, que a casi un año de ser inaugurado  no ha podido superar el problema de atención a los pacientes, que casi a diario se quejan  del mal trato por parte del personal que ahí labora, pero así también de la carencia de equipos y medicamentos, que se ha venido a agudizar ante la presencia de la pandemia del covid entre las familias del municipio. Pese a contar con un nuevo edificio y la infraestructura necesaria para dar un  servicio de calidad, la atención que ahí se da deja mucho que desear y así lo denuncian quienes para su mala suerte  se han visto en la necesidad de acudir  a ese hospital y  tienen que enfrentar la triste realidad con un mal servicio que no se ve para cuando pueda mejorar. A pesar de que no hace mucho se remodelaron las instalaciones,  el servicio sigue siendo el mismo,  de atención en medicina general, pues no hay servicio de urgencias,  hospitalización, de laboratorio, ni de ambulancia para el traslado de enfermos y en el peor de los casos se padece el desabasto de medicamentos. El problema  en el traslado de enfermos es uno de los más señalados, ya que al no haber atención en el nosocomio  tienen que ser llevados  a los hospitales cercanos de Hecelchakán o Campeche, sin embargo y a pesar de contar con la ambulancia, las autoridades del hospital se han negado a brindar ese servicio, por lo que los enfermos han tenido que ser  trasladados  en  vehículos particulares.  Las quejas de las familias tenabeñas   van   una   tras   otra,  ¿hasta cuándo?...

EL COVID está causando serios estragos en la policía municipal de Calkiní que se ha visto seriamente afectada al ser enviados varios de sus elementos al confinamiento domiciliario por estar dentro de los grupos de personas vulnerables a contraer el virus por presentar cuadros de hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades crónicas y avanzada edad. Esto ha dado luz verde a la delincuencia y  a los amantes de lo ajeno que han estado operando a sus anchas, realizando robos a negocios y casas habitación,  incluso a plena luz del día. Señalan los que aquí viven que los ladrones ya no se miden y  es tanta su desfachatez ante la falta de acción de los elementos del orden   que ya no solo cometen sus fechorías en las comunidades o barrios alejados de la cabecera,  sino que lo hacen en pleno centro de la ciudad. Dicen que por carecer de elementos a causa de la pandemia la policía ya casi no realiza los recorridos de vigilancia por la ciudad y comunidades y solo se ha dedicado a instalar retenes  y a apostarse en los filtros sanitarios, dejando a la población a expensas de los malandros. Ante el reclamo social, el comandante, Ángel Silva Cach  se justifica de no contar con los suficientes elementos ni vehículos para realizar la vigilancia, ya que son alrededor de 20 policías los que están  laborando por turno para resguardar la seguridad de los más de 50 mil habitantes de las 17 comunidades y barrios del municipio. La semana pasada se integraron a la labor de vigilancia los elementos de la Guardia Nacional, del Ejército, de la fiscalía general del Estado y de la Policía Estatal  Preventiva, que de manera conjunta han estado realizando recorridos  de   vigilancia  por   los   barrios  y  comunidades.

LA depredación de especies marinas, el cierre de los mercados internacionales debido a la pandemia del coronavirus y los bajos precios en el precio del producto, ensombrecieron el arranque de la temporada de captura del pulpo, que de manera incierta y con pocas expectativas  inició en las primeras horas de ayer sábado 1 de agosto. Tal y como se anticipara días atrás,  el esfuerzo fue mínimo,  al hacerse a la mar menos de la mitad de la flota pesquera ante el desánimo de los pescadores ribereños por el cierre de los mercados internacionales que son su principal fuente de comercialización  y  ante la baja en la demanda del producto. Pese a las recomendaciones de varios grupos de pescadores, que se pronunciaron por el aplazamiento del inicio de la temporada de captura de pulpo para dar oportunidad a que se abran los mercados internacionales, se inició de manera normal, según las autoridades, de acuerdo a lo establecido en el marco jurídico existente con fundamento en la ley general de pesca y acuacultura sustentable, mediante el reglamento de la ley de pesca y normas oficiales mexicanas. En Isla Arena, en donde se encuentra una de las más importantes  pesquerías del estado con la captura del pulpo maya, el presidente de permisionarios de la comunidad, Edgar Narváez Yerbez señala que  la  situación que se presenta es difícil debido al cierre de los mercados internacionales, la baja demanda del producto que solo sería comercializado a nivel local y a precios risibles , pero así también a la complicada situación de  la  biomasa del  pulpo,  que  ha  sido presa de los  pescadores furtivos, que durante el año y aprovechando la  poca vigilancia de las autoridades, ha sido sobreexplotado.