Por José L. Can Hau

Cada vez, la desesperación entre los candidatos va subiendo de tono ante la inminente llegada del 6 de junio.

En Calkiní, tal parece que las mentiras de la candidata de la coalición tripartidista, ya no tiene sustento; para dejarlo tan claro como el agua, ni su propio equipo cree en sus promesas y quizá tal vez ni ella misma, pues no tiene discurso, repite el mismo sonsonete que utiliza el candidato a gobernador y además se deja ver con el mismo ejército de vividores que tienen secuestrado a Calkiní.

Sus oraciones cada día caen en la fatiga de pedir siempre lo mismo, para beneficiar a los mismos de siempre. Su rosario ya se va haciendo fastidioso a fuerza de repetir siempre lo mismo.

Los chapulines han dejado de saltar tras ser cobijados ante la traición de sus partidos, y ahora buscan con afán las llaves del palacio municipal, que muchos de ellos jamás han salido de sus nóminas, así.como sus familiares y amigos.

Cada día es inevitable la llegada del 6 de junio, como es inevitable el enojo de un pueblo sumiso, harto de las mismas mentiras y de la misma gente, las mismas familias que en su cinismo confirman tenerla segura porque su padrino es de arriba y no de la candidata que para ellos, demuestran que no tiene valor alguno y por ello meten a su parentela para enseñarle el camino fácil de la simulación dejando el trabajo para los tontos, deteniendo así el desarrollo del arte, de la educación, el deporte, pero sobre todo de un municipio histórico y con un potencial cultural como lo es Calkiní, la cuna de la educación y de gente noble y buena.