El mundo gira y los protagonistas siguen peinándose para salir bien en las fotos.
La sociedad ya esta hasta la saciedad de mentiras y de engaños, de promesas y detracciones, de imposiciones y dedazos, de humillaciones e hipocresía, pero que igual, como los cánidos animalitos, ya van abriendo los ojos para no cerrarlos más que a la hora de hacer efectivo su voto, que es donde se podrá cobrar todo lo sufrido y no precisamente a espaldas de los niños milagrosos que en sus pañales de seda tienen las herencias en cuanto a lo económico y más aún en los desgastados discursos completamente divorciados de un pueblo que se pierde nadando en su miseria ante la ostentación de los niños bonitos que buscan asegurarse y asegurar con esto el futuro de su futura prole, no del pueblo que nada se merece.
Pero la historia aún no se escribe, los hechos están en el punto inicial de su gestación y los historiadores a punto de redactar en sus hojas digitales tal vez más de lo mismo, o la sorpresa de un despertar por la decisión unánime de la ciudadanía como protagonista principal
A Campeche ya no le espera más de lo mismo o ¿retrocederá en el tiempo para votar por una convicción que solo tiene sustento en el discurso y no en los hechos?. ¿Se seguirá comercializando a la pobreza?, ¿se seguirá en la misma ruta con la miseria de quienes no querrán soltar esos buenos sueldos que gracias a papi o mami han conseguido?.
Las fichas ya están sobre la mesa, algunos comienzan a moverse y a mostrar sus mejores cartas, que por desgracia en el juego de siempre ya están muy marcadas.
Si el pueblo se mueve, los de arriba se caen.